Perlas de Epstein
Si eres padre o madre primeriza, es normal que cada pequeño cambio en tu bebé despierte dudas o inquietudes. Uno de los descubrimientos más comunes, pero que a menudo sorprende mucho a los padres, son las pequeñas protuberancias blancas o amarillentas que pueden aparecer en el paladar o las encías del recién nacido. Estas diminutas elevaciones se conocen como perlas de Epstein, y aunque su nombre pueda sonar curioso o alarmante, lo cierto es que son inofensivas y pasajeras.
Si has notado estas protuberancias en la boca de tu bebé, no debes preocuparte por nada. Es algo completamente normal que afecta a muchos recién nacidos y desaparecerá de forma natural, sin necesidad de tratamiento. Acompáñanos a descubrir más sobre este fenómeno tan común y por qué no debe causarte preocupación.
¿Qué son las perlas de Epstein?
Cuando un bebé llega al mundo, cada pequeño detalle de su cuerpo puede despertar curiosidad y, en algunas ocasiones, incluso preocupación en los padres, especialmente en aquellos que son primerizos. Una de las preocupaciones más comunes es la aparición de pequeñas protuberancias blancas o amarillentas en el paladar o las encías del recién nacido. A primera vista, pueden parecer inusuales o incluso ciertamente alarmantes, pero estas pequeñas formaciones reciben el nombre de perlas de Epstein y son completamente normales.
Las perlas de Epstein son quistes benignos que aparecen en aproximadamente el 60-85% de los recién nacidos. Se forman durante el desarrollo fetal y, aunque pueden parecerse a dientes que están emergiendo, en realidad no tienen nada que ver con ellos. Se trata de acumulaciones de queratina, una proteína natural del cuerpo, que se presentan como diminutas elevaciones en la boca del bebé.
Es importante recalcar que las perlas de Epstein no causan dolor, molestias ni complicaciones. Tampoco interfieren en la alimentación ni afectan el bienestar del bebé. En la mayoría de los casos, desaparecen por sí solas en el transcurso de unas pocas semanas sin necesidad de intervención por parte de ningún médico.
¿Por qué aparecen las perlas de Epstein?
Las perlas de Epstein son el resultado de un proceso natural que ocurre durante el desarrollo del bebé en el útero. A medida que el paladar y las encías se forman, algunas células epiteliales quedan atrapadas en pequeños pliegues de la mucosa oral. Con el tiempo, estas células se agrupan y producen acumulaciones de queratina, una proteína fibrosa que también es más conocida por estar presente en la piel, el cabello y las uñas.
Estas diminutas acumulaciones de queratina se manifiestan como protuberancias blancas o amarillentas, con una textura y apariencia similar a la de un pequeño grano o perla (de ahí su nombre). Su localización más frecuente es a lo largo de la línea media del paladar o en las encías, y no están relacionadas con infecciones, enfermedades o problemas de salud.
¿Por qué no causan molestias?
A diferencia de otras afecciones en la boca, las perlas de Epstein no generan dolor, picazón ni inflamación. Su presencia es completamente superficial y no afecta los nervios ni el tejido subyacente. Incluso si se frotan durante la lactancia o al limpiar la boca del bebé, no provocan ninguna incomodidad.
De hecho, la mayoría de los bebés que presentan perlas de Epstein no muestran ninguna señal de molestia o irritación. Este es uno de los motivos por los que, muchas veces, las perlas pasan desapercibidas o son descubiertas durante una revisión rutinaria.
¿Por qué desaparecen solas?
A medida que el bebé se alimenta y comienza a usar su boca con mayor frecuencia, las perlas de Epstein se disuelven de manera natural. El roce con el pezón, el biberón o incluso la lengua del bebé durante el proceso de succión contribuye a que las acumulaciones de queratina se desgasten y desaparezcan.
¿Cuándo desaparecen las perlas de Epstein?
Las perlas de Epstein son una condición completamente “momentánea”. Normalmente, estas pequeñas protuberancias comienzan a desaparecer por sí solas en un después de 1 o 2 semanas después del nacimiento del bebé. En algunos casos, pueden tardar un poco más, pero no se trata de una situación preocupante.
Un proceso natural de desgaste y absorción
Como hemos mencionado rápidamente algunas líneas antes, la desaparición de las perlas de Epstein ocurre de manera totalmente natural. A medida que el bebé se alimenta, el roce constante con el pezón, el biberón o incluso la lengua contribuye a desgastar estas pequeñas acumulaciones de queratina. Paralelamente, el organismo del bebé absorbe gradualmente las células epiteliales atrapadas, eliminando cualquier rastro de estas protuberancias.
Es importante remarcar que este proceso no requiere de ningún tipo de intervención médica o tratamiento por parte de ningún profesional. No se necesita aplicar cremas, medicamentos ni realizar procedimientos específicos. La naturaleza se encarga de resolverlo de forma espontánea.
Por qué no debes intentar quitarlas manualmente
Aunque pueda ser tentador mirar de tocarlas o quitarlas con los dedos, es muy importante no hacerlo. Intentar quitar las perlas de Epstein manualmente y de manera prematura, podría:
- Causar irritación o lesión en la delicada mucosa oral del bebé.
- Introducir infecciones bacterianas debido a la manipulación con dedos u objetos no estériles.
- Generar incomodidad innecesaria al bebé.
¿Debo preocuparme por ellas? ¿Cuándo consultar a un especialista?
Como hemos visto, la aparición de perlas de Epstein es algo normal, benigno y temporal que no necesita de ningún tratamiento ni genera complicaciones. De todas maneras, es natural que los padres se pregunten si esas protuberancias blancas son realmente inofensivas o si podrían estar relacionadas con otra afección.
Diferencias con otras afecciones orales
Aunque las perlas de Epstein son muy comunes y fáciles de identificar, existen otras condiciones que pueden presentarse en la boca del bebé y que requieren atención:
- Aftas bucales (candidiasis oral):
- Apariencia: Placas blancas o amarillentas que no desaparecen al frotarlas y pueden provocar enrojecimiento o sangrado.
- Síntomas: Pueden causar molestias o dificultades durante la lactancia.
- Causa: Infección por hongos (candida).
- Quistes de erupción:
- Apariencia: Protuberancias azuladas o blancas que aparecen justo antes de la erupción de un diente.
- Síntomas: Suelen ser indoloros y desaparecen con la salida del diente.
- Nódulos de Bohn:
- Apariencia: Protuberancias similares a las perlas de Epstein, pero ubicadas en las encías y no en la línea media del paladar.
- Síntomas: Son inofensivos y desaparecen de forma natural.
Señales de alerta: ¿Cuándo preocuparse?
Aunque las perlas de Epstein no causan problemas, es importante prestar atención a ciertos signos que podrían indicar otra afección o complicación:
- Fiebre o irritabilidad constante.
- Dificultad para alimentarse o rechazo del pecho/biberón.
- Protuberancias que aumentan de tamaño o que no desaparecen después de 3 semanas.
- Áreas rojas, inflamadas o con pus alrededor de las protuberancias.
- Llanto persistente durante o después de la lactancia.
Si notas alguno de estos síntomas o simplemente tienes dudas sobre las protuberancias en la boca de tu hijo o hija, es recomendable consultar alguno de nuestros especialistas.
Consejos para padres: Cuidado bucal del bebé desde el primer día
El cuidado bucal comienza mucho antes de que aparezcan los primeros dientes. Establecer una rutina de higiene oral desde los primeros días de vida no solo ayuda a prevenir problemas futuros, sino que también crea el hábito del cuidado dental desde la infancia. Aunque las perlas de Epstein desaparecen solas, aprovechar este tiempo para cuidar las encías de tu bebé es un excelente primer paso hacia una salud bucal óptima.
Recomendación 1: Recomendaciones para limpiar las encías del bebé
Antes de que los primeros dientes erupcionen, es fundamental mantener las encías limpias y libres de bacterias. Aquí tienes algunos consejos prácticos:
- Limpieza diaria: Usa una gasa humedecida en agua tibia o un dedal de silicona para limpiar suavemente las encías del bebé después de cada toma.
- Sin productos agresivos: No es necesario usar pasta de dientes en esta etapa. El agua es suficiente para eliminar cualquier residuo.
- Masajes suaves: Además de limpiar, el masaje ayuda a estimular las encías y prepara la boca para la futura salida de los dientes.
Recomendación 2: Importancia de revisiones dentales desde bien pequeños
Muchos padres creen que no es necesario llevar al bebé al dentista hasta que haya dientes visibles, pero las revisiones tempranas son clave para:
- Detectar posibles anomalías en el desarrollo bucal.
- Recibir orientación sobre lactancia y alimentación que pueda influir en la salud oral.
- Evitar la aparición de caries del biberón (producida por la exposición prolongada a líquidos azucarados).
- Promover hábitos saludables desde los primeros meses.
Las visitas tempranas también acostumbran al bebé al entorno dental, haciendo que las futuras consultas sean más relajadas y positivas.
Recomendación 3: Primeras visitas al dentista infantil: ¿Cuándo es el momento adecuado?
En Dental Care Barcelona recomendamos que la primera visita al dentista se realice alrededor del primer año de vida, o cuando erupcione el primer diente.
Esta primera revisión nos permite:
- Evaluar el crecimiento de los dientes y la mandíbula.
- Identificar hábitos como el uso del chupete o la succión del pulgar que puedan afectar la alineación dental.
- Resolver dudas sobre la higiene y la alimentación que afectan la salud bucal.
Conclusión: Tranquilidad y cuidado en Dental Care Barcelona
Las perlas de Epstein son una parte completamente normal del desarrollo de muchos recién nacidos. Aunque puedan llamar la atención de los padres, es importante recordar que son inofensivas, indoloras y desaparecen por sí solas en pocas semanas. Saber qué son y por qué aparecen no solo aporta tranquilidad, sino que también permite disfrutar con mayor confianza de esta etapa tan especial en la vida de tu bebé.
Si tienes dudas, inquietudes o simplemente quieres asegurarte de que todo va bien, no dudes en contactarnos. Para poder hacerlo, sólo debes hacerlo a través de:
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